La Antártida crece

Mientras la superficie helada del Ártico no deja de menguar, las imágenes de los satélites revelan un inesperado crecimiento de la banquisa antártica

Incluso en la misma Antártida hay zonas a veces cercanas donde las tendencias son distintas. La península Antártica (una larga lengua de tierra que se extiende hacia América del Sur) está registrando un incremento de las temperaturas medias, y en el mar de Bellingshausen, hacia el oeste de la península, el hielo marino se está reduciendo. Pero más allá del mar de Bellingshausen y pasado el de Amundsen, en el mar de Ross, se está produciendo el mayor aumento de la superficie marina helada. La presencia de un centro de bajas presiones en las aguas del Amundsen podría estar enviando aire caliente a la península y aire frío al mar de Ross.

Año tras año, los científicos constatan la reducción de la banquisa ártica, la capa de hielo marino que se forma en el extremo más septentrional del planeta. Este año ha sido uno de los 10 que ha habidomenor extensión desde finales de 1970.  Igualmente, la mayor isla del mundo, Groenlandia, no deja de perder superficie helada. 

Algunas naciones con litorales árticos, como Rusia, Estados Unidos o Canadá, quieren aprovechar la situación para intensificar la navegación comercial por la zona, y realizar nuevas prospecciones petrolíferas o mineras, que pueden poner en serio riesgo su frágil ecosistema. Numerosas campañas abogan por combatir tanto estas apuestas por explotar la región como el calentamiento que está provocando este deshielo masivo, que además de destruir un entorno único puede causar una peligrosa elevación del nivel de los océanos en todo el planeta. 

Mientras tanto, ¿pasa lo mismo en la Antártida? La lógica responde que debería estar sucediendo lo mismo. Pero, en realidad, la capa de hielo marino que rodea al continente helado, no sólo no disminuye, sino que... ¡crece! En 2014, la banquisa antártica ha alcanzado su punto más alto desde finales de la década de los 70, cuando empezaron a realizarse mediciones basadas en datos recabados por los satélites de la NASA, la agencia espacial estadounidense. 

El mar helado antártico alcanzó una extensión récord el pasado septiembre 

El 19 de septiembre pasado, y por primera vez desde 1979, el mar helado antártico superó los 20 millones de kilómetros cuadrados de superficie, y mantuvo esta extensión récord o ligeramente menor durante varios días. El promedio máximo entre 1981 y 2010 había sido de 18,72 millones de kilómetros, según los registros del Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo de Estados Unidos. 

Según las conclusiones de los expertos, mientras el Ártico ha perdido un promedio de 53.900 kilómetros cuadrados de hielo marino al año desde finales de los 70, la Antártida ha ganado un promedio de 18.900 anualmente. ¿Desmiente este crecimiento de la banquisa antártica las advertencias sobre el impacto del calentamiento global?

Rotundamente no. El balance total a nivel planetario es de pérdida de hielo. Las ganancias puntuales en algunos sitios no compensan las mucho mayores pérdidas en otros, especialmente en el Ártico, como se ha visto. Se trata simplemente de que, en un sistema climatológico global complejo, el calentamiento de unas zonas conlleva el desplazamiento de más aire frío hacia otras.

Realidad indiscutible

Claire Parkinson, especialista del Centro Goddard de Viajes Espaciales de la NASA, considera que este sorprendente crecimiento del hielo antártico no hace más que confirmar la “diversidad y complejidad de los distintos entornos de la Tierra”. “El planeta en su conjunto está haciendo lo que se preveía en términos de calentamiento. El hielo del mar, globalmente, está disminuyendo como se esperaba, pero al igual que sucede con el calentamiento global, no todos los sitios con hielo marítimo registrarán una tendencia descendente”, explica.

El calentamiento de unas zonas conlleva el desplazamiento de más aire frío hacia otras

Para Walt Meier, del mismo Centro Goddard, “los vientos desempeñan un papel verdaderamente importante en este fenómeno. Se desplazan alrededor del continente, presionando constantemente el hielo más delgado. Si cambian de dirección o se vuelven más fuertes en dirección norte empujan el hielo aún más y hacen que la extensión helada se agrande”.

Los científicos todavía no tienen una explicación clara para este fenómeno, pero la misma seguramente combinará las diversas teorías que manejan. Otra de ellas se plantea que el hielo que se derrite en los bordes del continente antártico debido al calentamiento global podría estar enfriando las aguas que lo rodean justo por encima del punto de congelamiento, lo que hace que el recongelamiento sea más fácil, opina Claire Parkinson.

Los factores que intervienen en la creación del hielo en la Antártida no son pocos: las condiciones atmosféricas y oceánicas, los efectos de una enorme superficie helada (la Antártida es un inmenso continente cubierto por kilómetros de espesor de hielo milenario, a diferencia del Ártico, que sólo es un mar helado), la cambiante química atmosférica, el agujero de ozono, los meses de oscuridad que experimenta la zona... Descubrir como el cambio climático interactúa con todos ellos no es una tarea fácil. Porque aunque en unas áreas se note más que en otras, o de forma distinta, el cambio climático es una realidad ya indiscutible y amenazadora.

Fuente: http://www.ecoavant.com/es/notices/2014/12/la-antartida-crece-2219.php